Groucho Marx es considerado el cómico más influyente de todos los tiempos. Actor, humorista y escritor estadounidense, (1890 - 1977), sus frases, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo muy destacadas en la cultura pop hasta nuestros días.
Por su ingenio y sus ocurrencias, por sus atrevimientos, por su filosofía de vida, sigue siendo uno de mis iconos, de total vigencia en la actualidad.
Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...
No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.
Nunca olvido una cara, pero en su caso haré una excepción.
Estos son mis principios.
Si no les gustan, tengo otros.
El matrimonio es la principal causa del divorcio.
¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
La televisión es muy educativa. Siempre que alguien la enciende, voy a otra habitación y leo un buen libro.
¿A quién va usted a creer?
¿A mí o a sus propios ojos?
¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
Todavía no sé que me vas a preguntar, pero me opongo.
Bebo para hacer interesantes a las demás personas.
Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote.
Besos, Groucho.
Solo lo barato resulta caro.
Parad el mundo que me bajo.
Disculpe que no me levante.
(Lo propuso como deseo de epitafio en su tumba).