Si un hombre inocente y honesto está obligado
a no abrir la boca y a abandonar todo lo que tiene,
simplemente para no romper la paz,
y tiene que ceder ante quien pone violentamente
las manos sobre él, yo pediría que se considerase
qué clase de paz habría en este mundo:
una paz que consistiría en la violencia y en la rapiña,
y que habría de mantenerse para beneficio exclusivo
de ladrones y opresores.
¿A quién no le parecería una paz admirable
entre el poderoso y el débil,
el espectáculo de ver a un cordero
ofrecer sin resistencia su garganta
para que ésta fuese destrozada por el fiero lobo?
John Locke, filósofo y médico inglés, 1632 - 1704.
Padre del Liberalismo clásico.
*Gracias, Juan Carlos*,
por esta frase tan inspiradora y revolucionaria.
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