En un lejano templo tibetano, los discípulos estaban extrañados porque comprobaban cada día que su maestro siempre estaba contento y satisfecho.
Entonces le preguntaron:
- Maestro,
¿cómo logras sentirte siempre tan dichoso y satisfecho?
El maestro repuso:
- Amigos míos, no hay nada misterioso en ello, os lo aseguro.
Cada mañana, al despertar, me pregunto a mí mismo:
"¿Qué elijo hoy? ¿Alegría o tristeza?"
Y siempre elijo alegría.
Cuento budista
Buena pregunta y mejor contestación. Deberíamos seguir su ejemplo.
ResponderEliminarSaludos
Estoy de acuerdo contigo Ámbar. Un cordial saludo!
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