miércoles, 18 de mayo de 2011

Y uno aprende...

Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano y encadenar un alma.

 

Y uno aprende...

que el amor no significa acostarse,

y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas.


Y uno empieza a aceptar sus derrotas 

con la cabeza alta y los ojos abiertos.

 

Y uno aprende...

A construir todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana 

es demasiado inseguro para planes,

y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.


Y después de un tiempo uno aprende...

que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.

Y aprende...

a plantar su propio jardín y decorar su propia alma,

en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

 

Y uno aprende...

que realmente puede aguantar,

que uno realmente es fuerte,

que uno realmente vale.

Y uno aprende y aprende...

y con cada adiós uno aprende.

 

Con el tiempo aprendes 

que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro,

significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes 

que solo quien es capaz de amarte con tus defectos,

sin pretender cambiarte, 

puede brindarte toda la felicidad que deseas.


Con el tiempo te das cuenta 

de que si estas al lado de esa persona 

solo por acompañar tu soledad, 

irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes 

que los verdaderos amigos son contados,

y que el que no lucha por ellos 

tarde o temprano se verá rodeado 

solo de amistades falsas.


Con el tiempo también aprendes 

que las palabras dichas en un momento de ira

pueden seguir lastimando a quien heriste, 

durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes 

que disculpar cualquiera lo hace,

pero perdonar es solo de almas grandes.


Con el tiempo te das cuenta 

de que aunque seas feliz con tus amigos,

algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta 

de que cada experiencia vivida con cada persona 

es irrepetible.


Con el tiempo comprendes 

que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen

ocasionará que al final no sea como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta 

de que en realidad lo mejor no era el futuro,

sino el momento que estabas viviendo 

justo en ese único instante.


Con el tiempo verás 

que aunque seas feliz con los que están a tu lado,

extrañarás inmensamente a los que ayer 

estaban contigo y ahora se han marchado.


Y aprendes 

que hay tres momentos en la Vida 

que uno no puede remediar:

La oportunidad que dejaste pasar,

la cita a la que no asististe,

la ofensa que ya pronunciaste.


Con el tiempo también aprendes 

sobre El dinero... y entonces comprendes que:

Puedes comprarte una Casa, pero no un Hogar.

Puedes comprarte una Cama, pero no hacerte Dormir.

Puedes comprarte un Reloj, pero no te dará el Tiempo.

Puedes comprarte un Libro, pero no Conocimiento 

o lo que necesitas aprender.

Puedes comprarte una Posición, 

pero no sirve para tener Respeto.

Puedes comprarte Medicinas 

y pagar la consulta al médico, 

pero no te da Salud.

Puedes comprarte Sangre, pero no Vida.

Puedes comprarte Sexo, pero no Amor.

 

Con el tiempo también aprendes 

que la vida es aquí y ahora,

y que no importa cuántos planes tengas, 

el mañana no existe y el ayer tampoco.


Con el tiempo aprenderás 

que intentar perdonar o pedir perdón, 

decir que amas, decir que extrañas, 

decir que necesitas, decir que quieres ser amigo,

ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

 

Pero, desafortunadamente, 

todo esto lo aprendes sólo con el tiempo.

---ooo---

 

Este poema, atribuido erróneamente a Jorge Luis Borges y,

también erróneamente, a William Shakespeare, fue escrito

realmente por VERONICA A. SHOFFSTALL, poetisa

estadounidense, titulado AFTER A WHILE.

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