Cuentos
En un bosque cerca de la ciudad vivían dos vagabundos. Uno era ciego y el otro cojo. Durante el día entero competían el uno con el otro.
Una noche sus chozas se incendiaron porque todo el bosque ardió. El ciego podía escapar, pero no podía ver hacia donde correr, no podía ver hacia donde todavía no se había extendido el fuego. El cojo podía ver que aún existía la posibilidad de escapar, pero no podía salir corriendo: el fuego era demasiado rápido y salvaje. Así pues, lo único que podía ver con seguridad era que se acercaba el momento de la muerte.
En estos momentos críticos en los cuales ambos se enfrentaron a la muerte, necesariamente se olvidaron de toda estúpida enemistad, dejaron de lado su competitividad y crearon una gran síntesis. Se pusieron de acuerdo en que el hombre ciego cargaría al cojo sobre sus hombros y así funcionarían como un solo hombre: el cojo puede ver y el ciego puede correr.
Así salvaron sus vidas. Y por salvarse naturalmente la vida, se hicieron amigos olvidando su antagonismo.
Cuento oriental
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