miércoles, 23 de febrero de 2022

La muñeca que se fue de viaje

 Cuentos

Franz Kafka vivió una experiencia muy inusual. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.


Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.

Incapaz de encontrar la muñeca, compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:

- Por favor, no me llores. He salido de viaje para ver el mundo. Te escribiré sobre mis aventuras.

Este fue el comienzo de muchas cartas.

Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Obviamente se veía diferente de la muñeca original. Una carta adjunta explicó:

- Mis viajes me han cambiado.

Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía:

"Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero, al final, el amor volverá de una forma diferente".

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