lunes, 23 de mayo de 2011

Vivir despeinada





Todos deberíamos atender esta frase con intensidad, sin poses, disfrutando cada momento, cada experiencia, cada afecto. Sin lugar a dudas, seríamos mucho más felices.

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina…

- Hacer el amor, despeina.

- Reírte a carcajadas, despeina.

- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.

- Quitarte la ropa, despeina.

- Besar a la persona que amas, despeina.

- Jugar, despeina.

- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.

- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado… Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentado a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria… Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo ser! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres: Haz el amor, UNA Y MIL veces haz el amor, Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Baila, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine. Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.

QUINO

miércoles, 18 de mayo de 2011

Y uno aprende...

Después de un tiempo,

uno aprende la sutil diferencia

entre sostener una mano y encadenar un alma.

 

Y uno aprende...

que el amor no significa acostarse,

y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas.


Y uno empieza a aceptar sus derrotas 

con la cabeza alta y los ojos abiertos.

 

Y uno aprende...

A construir todos sus caminos en el hoy,

porque el terreno de mañana 

es demasiado inseguro para planes,

y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.


Y después de un tiempo uno aprende...

que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.

Y aprende...

a plantar su propio jardín y decorar su propia alma,

en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

 

Y uno aprende...

que realmente puede aguantar,

que uno realmente es fuerte,

que uno realmente vale.

Y uno aprende y aprende...

y con cada adiós uno aprende.

 

Con el tiempo aprendes 

que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro,

significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes 

que solo quien es capaz de amarte con tus defectos,

sin pretender cambiarte, 

puede brindarte toda la felicidad que deseas.


Con el tiempo te das cuenta 

de que si estas al lado de esa persona 

solo por acompañar tu soledad, 

irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes 

que los verdaderos amigos son contados,

y que el que no lucha por ellos 

tarde o temprano se verá rodeado 

solo de amistades falsas.


Con el tiempo también aprendes 

que las palabras dichas en un momento de ira

pueden seguir lastimando a quien heriste, 

durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes 

que disculpar cualquiera lo hace,

pero perdonar es solo de almas grandes.


Con el tiempo te das cuenta 

de que aunque seas feliz con tus amigos,

algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta 

de que cada experiencia vivida con cada persona 

es irrepetible.


Con el tiempo comprendes 

que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen

ocasionará que al final no sea como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta 

de que en realidad lo mejor no era el futuro,

sino el momento que estabas viviendo 

justo en ese único instante.


Con el tiempo verás 

que aunque seas feliz con los que están a tu lado,

extrañarás inmensamente a los que ayer 

estaban contigo y ahora se han marchado.


Y aprendes 

que hay tres momentos en la Vida 

que uno no puede remediar:

La oportunidad que dejaste pasar,

la cita a la que no asististe,

la ofensa que ya pronunciaste.


Con el tiempo también aprendes 

sobre El dinero... y entonces comprendes que:

Puedes comprarte una Casa, pero no un Hogar.

Puedes comprarte una Cama, pero no hacerte Dormir.

Puedes comprarte un Reloj, pero no te dará el Tiempo.

Puedes comprarte un Libro, pero no Conocimiento 

o lo que necesitas aprender.

Puedes comprarte una Posición, 

pero no sirve para tener Respeto.

Puedes comprarte Medicinas 

y pagar la consulta al médico, 

pero no te da Salud.

Puedes comprarte Sangre, pero no Vida.

Puedes comprarte Sexo, pero no Amor.

 

Con el tiempo también aprendes 

que la vida es aquí y ahora,

y que no importa cuántos planes tengas, 

el mañana no existe y el ayer tampoco.


Con el tiempo aprenderás 

que intentar perdonar o pedir perdón, 

decir que amas, decir que extrañas, 

decir que necesitas, decir que quieres ser amigo,

ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

 

Pero, desafortunadamente, 

todo esto lo aprendes sólo con el tiempo.

---ooo---

 

Este poema, atribuido erróneamente a Jorge Luis Borges y,

también erróneamente, a William Shakespeare, fue escrito

realmente por VERONICA A. SHOFFSTALL, poetisa

estadounidense, titulado AFTER A WHILE.

martes, 10 de mayo de 2011

La vida debería ser al revés

Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.

Luego te despiertas en un hogar de ancianos mejorando día a día.

Después te echan de la residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.

Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.

Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.

Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.

Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.

Y los últimos 9 meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, roomservice, etc. etc..

Y al final... ¡Abandonas este mundo en un orgasmo!

QUINO

As we grow up...

As we grow up, we learn that even the one person that wasn’t supposed to ever let you down probably will. You will have your heart broken probably more than once and it’s harder every time. You’ll break hearts too, so remember how it felt when yours was broken. You’ll fight with your best friend. You’ll blame a new love for things an old one did. You’ll cry because time is passing too fast, and you’ll eventually lose someone you love. So take too many pictures, laugh too much, and love like you’ve never been hurt because every sixty seconds you spend upset is a minute of happiness you’ll never get back. Don’t be afraid that your life will end, be afraid that it will never begin. ~ Anonymous.

viernes, 6 de mayo de 2011

¡Esa es la vida!

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación?

¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqués, en devolver el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!. El pasado ya pasó.

No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender “su televisor personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron

¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo ‘llegó’ sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, ¡nada ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Pero… Cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!

Paulo Coelho.