Cuentos
Un día, cuando la mujer de Zeng Shen salía para el mercado, su hijo lloró y clamó que lo llevara con ella. -
¡Vuélvete a casa! – y para apaciguarlo, agregó: - Cuando yo regrese mataré al
cerdo para ti.
- Fue un decir – protestó –, sólo para calmar al niño.
-
¿Cómo puedes engañar al chico de esa manera? – le
recriminó Zeng Shen –. Los niños no saben nada, pero imitan a
sus padres y aprenden de ellos. Cuando tú defraudas al niño, le enseñas a
mentir. Si una madre engaña a su hijo, éste no confiará en ella; no es la forma
de educarlo.
Zeng Shen mató
al cerdo.
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